Para los que nos cuesta pagar la universidad, o quienes estudiamos sin pagar pero nos atormentan las deudas que abonamos para nuestro futuro, el problema de la educación es importante, pues nos afecta directamente en nuestras entrañas.
Todos los años nuestras universidades se movilizan. Motivos economicistas o academicistas, triunfos y derrotas, un vaivén que parece existir en el vacío sin un sentido aparente, movilización tras movilización sin puntos de articulación, sin sentido político, mas bien, sentido coyuntural y sintomático ¿Qué lecciones aprendemos de esto?
Entendamos a la universidad como la institución que forja profesionales, que luego de egresados, ejercen sus habilidades en empresas e instituciones, empleando todas nuestras capacidades para el desarrollo y reproducción del actual sistema que ordena a la sociedad de una manera determinada, mismo sistema que - como vimos el año pasado- nos conduce a trabajar y producir para los poderosos y no para nuestro país.
Un sistema económico que divide a nuestra sociedad en dos clases, según el rol que cumplen las personas dentro de la economía: Aquél pequeño sector que se enriquece a costa del trabajo de los nuestros, dueño de las riquezas naturales y las fabricas y herramientas con las que se crean los objetos que satisfacen nuestras necesidades; y aquel sector que trabaja con esas herramientas, con sus manos y con su intelecto, para producir riquezas que no les pertenecen, para acumular las riquezas en manos del pequeño sector, relaciones que necesitan organizar políticamente a nuestra sociedad para continuar reproduciendo esta división en clases.
La universidad, nos forja como profesionales, desarrollamos nuestras capacidades y las llevamos a la práctica en la reproducción de la economía que ordena nuestra sociedad, sociedad en la que pagamos por todo, donde nada es nuestro, ni las carreteras, ni el mar, ni las empresas ni la salud y mucho menos la educación.
Universidad que funciona como pilar ideológico del mismo sistema que nos tiene en las poblaciones, comprando menos pan, con nuestros padres trabajando mas, haciendo colas en las postas, y sufriendo por llegar relativamente bien a fin de mes mientras los poderosos, dueños del país y el poder político nadan entre casas de barrios exclusivos y nanas de uniforme.
Universidad que nos cuesta un ojo de la cara, donde, no somos los privilegiados en este sistema a pesar de pagar millonadas año a año para recibir ese gran Derecho de educarse. (¿Y si no hay plata?¿cuantos compañeros abandonan a u por no poder pagar?¿cuantos compañeros egresados están sin pega y pagando 3 veces el costo de su carrera?)
De manera científica, la historia nos demuestra que el avance de la historia se desarrolla mediante esta constante contradicción entre estas dos clases, explotados y explotadores, misma contradicción que ordena nuestra sociedad y es directa creadora de nuestros problemas sociales, como el de la educación.
Problemas sociales legitimados y organizados por el poder político. Debemos ponernos a la altura de los hechos y enfrentar nuestros problemas con objetivos políticos, convertir la lucha social por la educación en una lucha política, es decir, enfrentar nuestro problema educacional y su financiamiento entendiendo que no es un hecho aislado, que tiene su raíz en las bases que sostienen a la sociedad, entendiendo que debemos analizar este sistema y ser críticos frente a él.
Debemos abordar este problema concientes a la clase que pertenecemos, que pertenecen nuestros compañeros, visualizar el problema del financiamiento con una perspectiva de clase, para comprender que nuestros compañeros y nuestros vecinos también les cuesta llegar a fin de mes, también les duele el bolsillo al sentirse robados con las alzas sucesivas de los aranceles, mientras los poderosos se benefician de esto.
Así mismo, señalamos categóricamente, que el estudio en tarea constante, debemos estudiar para luego trabajar como profesionales al servicio de nuestra clase, de nuestra gente, de nuestro pueblo. Desarrollar nuestras capacidades para los nuestros, los que no somos beneficiados dentro de este sistema, pero somos los que construimos las riquezas que se acumulan en ese porcentaje mínimo de la población. Por nuestra clase, por nuestra gente.
¡ESTUDIAR PARA TRABAJAR AL SERVICIO DE NUESTRO PUEBLO!
Aprendamos de las lecciones de nuestros compañeros universitarios de la Universidad de Valparaíso quienes el año pasado luego de una larga, masiva y unida movilización alcanzaron los objetivos planteados llegando incluso a destituir al rector Zuchet de su cargo.
Si nuestros problemas economicistas- academicistas representan obstáculos para nuestra gente, manifestemos sin miedo, enfrentando nuestros problemas como nuestro pueblo ha sabido mostrarnos, de frente y sin miedo.
Somos mas, somos la fuerza, y no nos vamos a callar.
¡A crear conciencia rebelde y popular para organizarse y luchar!
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